¿Por qué es tan cara la matrícula universitaria?

Alumna en el jardin

Una mirada a por qué es tan caro ir a la universidad 

Es un hecho simple que para los jóvenes que se incorporan al mundo laboral es necesario un título universitario para ganarse la vida decentemente. Los graduados con un título de educación superior ganan el doble de lo que ganan los graduados de secundaria, y ni hablar de aquellas que requieren de alguna de las maestrías presenciales o bien de un doctorado. 

Pero la triste realidad es que un título universitario es cada vez más inasequible. Los precios de las matrículas en las universidades públicas no han dejado de aumentar en los últimos 10 años, y aún no hay señales de que vayan a disminuir, el hecho de elegir alguna de las carreras con licenciatura que existen en las universidades significa un gran gasto, aunque no te desanimes, siempre existirán las becas y los financiamientos para que puedas llevar a cabo tu educación, pero necesitas buscar cual es la que se adecua a ti y tus necesidades.

Debes tomar en cuenta que también depende que carrera decidas cursar, ya que en esto también influye mucho que beca o que financiamiento necesitaras, ya sea que decidas estudiar artes, derecho, medicina, etc.

A continuación se exponen los principales motivos del aumento de las matrículas:

La educación superior sigue siendo, en su mayor parte, intensiva en mano de obra. A diferencia de otras áreas de la economía que se han automatizado y tienen menores costes laborales, la educación universitaria sigue dependiendo principalmente del capital humano.

Cualquier tipo de servicio o producto que sea muy intensivo en mano de obra y para el que no haya buenos sustitutos tecnológicos tendrá una inflación más rápida que la que se observa en el mercado en su conjunto.

Incluso la aparición de las titulaciones online, que teóricamente deberían reducir los costes de la enseñanza, no ha conseguido hasta ahora frenar el aumento de las matrículas. 

Conferencia de un profesor

Costes adicionales

Las universidades gastan más dinero en servicios a los estudiantes y en programas auxiliares que no están relacionados con la enseñanza. Algunos sostienen que las instituciones de enseñanza superior gastan más de lo necesario en estos elementos no académicos, lo que eleva los costes generales para el estudiante.

Los servicios estudiantiles incluyen eventos culturales, orientación profesional y asesoramiento. Los programas auxiliares incluyen las residencias, los servicios de alimentación y los servicios de salud para estudiantes. 

Desinversión estatal en la enseñanza superior

La disminución constante de las ayudas estatales a las universidades públicas se cita habitualmente como una de las razones del aumento de los costes de las matrículas. Aunque no es el principal motor de la escalada de las matrículas, su impacto es significativo.

A medida que las matrículas siguen subiendo, la perspectiva de que la educación superior sea sólo para los ricos es cada vez más evidente.

Pero los economistas apuntan a una serie de iniciativas y tendencias macroeconómicas que pronto podrían empezar a frenar el precio de la asistencia a la universidad.

Otra razón por la que los precios de las matrículas podrían estabilizarse es el hecho de que los estudiantes tienen más información sobre la tasa de retorno de invertir en un título universitario, la tecnología en la educación es un factor muy importante a considerar.

Profesora explicando su clase

Por un lado, los graduados de la escuela secundaria tienen ahora más información que nunca sobre los ingresos esperados de las carreras y ocupaciones. Esto puede llevar a los jóvenes a buscar las titulaciones que más valor añadido aporten.

El creciente énfasis en hacer que los programas de grado sean más especializados y de menor duración para reducir los costes también puede ayudar a frenar las matrículas con el tiempo. 

Las instituciones de educación superior también están implementando más el llamado “asesoramiento intrusivo”, que empuja a los estudiantes a tomar decisiones que garanticen la finalización de sus títulos en un plazo más corto.

La educación superior sigue siendo extraordinariamente cara para muchas familias, cuyos sueldos no han seguido el ritmo de la escalada de precios de las matrículas. El aumento de los costes es sencillamente insostenible. Las universidades no tendrán más remedio que rediseñarse para seguir siendo relevantes para los estudiantes y las empresas a las que sirven. 

Descuidar la asequibilidad de la universidad es como ignorar la reparación de las carreteras. Un título universitario es una UTILIDAD SOCIAL Y ECONÓMICA. Gastar la ayuda universitaria de nuestros hijos es malgastar el dinero de los impuestos en guerras extranjeras y en una estructura fiscal que chupa la riqueza de la clase media y simplemente se la da a los ya obscenamente ricos. El panorama no puede ser más claro. La forma en que abordemos este problema estructural, si es que lo abordamos, dará la medida del carácter de nuestra nación y de su APTITUD para perdurar.

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